Roberto Clemente Walker nació el 18 agosto de 1934, en el barrio San Antón de Carolina. Hijo de don Melchor Clemente y doña Luisa Walker, fue el menor de cuatro hermanos.

Vivió su niñez en medio de una gran escasez económica, ya que su padre era jornalero en la antigua Central Victoria, de Carolina. De niño, Roberto aportaba dinero a su casa con lo que ganaba repartiendo leche en su vecindario.

Roberto estudió los grados primarios en la escuela elemental Dr. Clemente Fernández, y la escuela secundaria, en la Julio Vizcarrondo Coronado, ambas ubicadas en Carolina. Para ese entonces, ya formaba parte de un equipo de pelota que auspiciaba el arroz Sello Rojo, en el que jugaba como aficionado. Estudió comercio, pero nunca lo ejerció, ya que había decidido jugar pelota como una carrera profesional.

Un equipo de las Grandes Ligas en Estados Unidos lo contrató cuando contaba con 18 años de edad. Desde ese momento, inició su carrera profesional con logros sin precedentes.

Entre sus hazañas más sobresalientes como pelotero, se encuentran las siguientes: primer pelotero latino-americano que fue exaltado al Salón de la Fama, el 6 de agosto de 1973; onceno pelotero en los 103 años de béisbol en las Ligas Mayores, que logró batear 3,000 incogibles en su último año, 1972; jugador más valioso de la Liga Nacional en el año 1966; campeón de bateo de la Liga Nacional en los años 1961, 1964, 1965 y 1967; ganador  del guante de oro por su excelencia como jardinero durante doce temporadas: 1961-1972.

Clemente bateó sobre .300 en doce temporadas, con un promedio de .317 durante sus 18 años en las Ligas Mayores.  Participó en doce Juegos Estrellas en las Grandes Ligas (1960-1972). Ganó el premio Babe Ruth por su extraordinaria labor en la Serie Mundial de 1971; empató el récord mundial al producir incogibles en 14 juegos consecutivos de las series de 1960 y 1971.

Fue líder del equipo de los Piratas de Pittsburgh en todos los juegos. Estableció un récord de la Liga Nacional con doce incogibles en dos juegos consecutivos (22-23 agosto de 1970), y otro, al batear tres triples en un juego, el 8 de septiembre de 1968.

El día 31 de diciembre de 1972, Roberto Clemente murió trágicamente como consecuencia de un accidente aéreo cuando llevaba alimentos y medicinas a los  damnificados del terremoto de Managua, en Nicaragua. Se le rindieron múltiples homenajes póstumos, entre los que figura una medalla del Congreso de los Estados Unidos.

El más grande de los sueños de Roberto, la Ciudad Deportiva para los niños de Puerto Rico, que parecía inalcanzable, ya se convirtió en realidad.

Recientemente, el Instituto de Cultura Puertorriqueña le puso el nombre de Roberto Clemente Walker a la escuela de la Urbanización Rolling Hills. Roberto amaba a los niños y siempre sintió una gran preocupación por el bienestar futuro de ellos. El recuerdo de la recia figura de este gran deportista y ser humano será un ejemplo inigualable para los niños de esta escuela y de todo Puerto Rico.

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