Ley
Núm. 220 del año 2003
(P. del S. 2010),
2003, ley 220
Denominar
la Escuela del Barrio Calabazas Arriba de Yabucoa con el nombre del distinguido
profesor yabucoeño "Doroteo Peña Mora"
Ley Núm. 220 de 28 de Agosto de 2003
Para
ordenar a la Comisión Denominadora de Estructuras y Vías Públicas del Instituto
de Cultura Puertorriqueña denomine la Escuela del Barrio Calabazas Arriba de
Yabucoa con el nombre del distinguido profesor yabucoeño
"Doroteo Peña Mora" en reconocimiento a sus valiosos esfuerzos para
mejorar la calidad de vida de esa comunidad con su aportación como persona,
maestro y líder comunitario.
EXPOSICION DE
MOTIVOS
La Directora de la Escuela de la
Comunidad, Calabazas Arriba, la facultad, los empleados, los padres de los
niños que estudian en esa escuela y otros líderes comunitarios en una acción de
consenso voluntario de la comunidad, expresado en una asamblea abierta
celebrada en dicha escuela y avalada por sobre doscientas (200) firmas, han
reclamado que la escuela donde sus niños estudian debe llevar el nombre del
distinguido y comprometido Profesor Yabucoeño "Doroteo Peña Mora".
Reclaman a sus legisladores procedamos a tomar las acciones que correspondan
para lograr ese objetivo, por lo que muy respetuosamente y con júbilo
espiritual por tener la oportunidad de colaborar para el logro de tan meritoria
iniciativa, sometemos la legislación que facilitará lograr la meta deseada, por
lo que confiamos todos los legisladores apoyen también este esfuerzo honroso de
una comunidad alerta.
Doroteo Peña Mora nació el 18 de
febrero de 1895, en el Barrio Calabazas del Municipio de Yabucoa. Fueron sus
padres Juan Peña y Laureana Mora. Doroteo formaba parte de una familia de ocho
miembros, siendo él uno de los hijos mayores. Vivió todo el tiempo en este
barrio en un ambiente humilde y de escasos recursos económicos.
Estudió sus grados primarios en
la Escuela de Calabazas Abajo. Luego, de cuarto grado en adelante, se trasladó
a estudiar al pueblo de Yabucoa. Iba todos los días a pie a la escuela porque
en ese tiempo no había carretera. Allí se graduó de octavo grado y aprobando un
examen del Departamento de Instrucción Pública, le fue posible entrar a la
Universidad de Puerto Rico para proseguir estudios junto a seis compañeros:
Luis Oscar Delgado, Ramón Quiñones, Ernesto Carrasquillo, Guadalupe Rivera,
Felipe Vargas y Enrique Rivera. Fue así que se hizo maestro de Instrucción Pública,
lo que es ahora Departamento de Educación.
Para realizar estos estudios fue
ayudado económicamente por un buen amigo de su familia llamado Don Jesús
Delgado, padre de su mejor amigo. Empezó a trabajar a muy temprana edad, ya que
en ese tiempo los estudiantes no llegaban a cuarto año como ahora, porque de
octavo grado pasaban a la Universidad. Era muy amante de la lectura y la
música. Le gustaban los caballos y los cuidaba con mucho esmero. Era su animal
favorito.
Debido a la enfermedad de su
padre, y luego de quedarse sin hogar a causa de una tormenta que azotó a la
Isla, se vió obligado a descontinuar sus estudios
para su mejoramiento profesional. Esto trajo como consecuencia que él tuviera
que responsabilizarse del sustento de la familia.
Cabe señalar que como maestro,
trabajó en diferentes barrios y sectores del pueblo de Yabucoa, entre otros:
Calabazas Arriba, Playita, Quebradilla, Calabazas Adentro, Tejas y Camino
Nuevo, teniendo que hospedarse en este último debido a la distancia. Siendo
maestro se unió en el sacramento del matrimonio a los veintitrés años de edad
con Saturnina Camacho, donde procrearon siete hijos: Luis Vidal, Esther
Margarita, Aurea María, Víctor Wilfredo, Eva Gloria,
Hilda Rosa y Carmen Alicia. Tuvo la dicha de haber sido maestro de todos sus
hijos y la mayor parte de éstos ejercieron también como maestros. Una de sus
hijas, Margarita, es religiosa en el Convento El Buen Pastor, y los demás
trabajaron en diferentes agencias del gobierno.
Fue maestro de vocación, porque
lo demostró no solamente en el salón de clases, sino en su mismo hogar,
enseñando a su esposa a leer y escribir y a la gente adulta que se le acercaban
con la misma necesidad.
Doroteo Peña amaba su profesión
y la ejercía con dedicación, responsabilidad y honestidad. Le gustaba mucho
enseñar lecciones por adelantado. Siempre sus evaluaciones fueron excelentes,
pues sus estudiantes revelaban un alto grado de aprovechamiento al ser
evaluados por los supervisores a cargo en aquel momento. Doña Gumersinda Fonseca fue una discípula de él y decía siempre:
"Yo tuve muchos maestros y buenos maestros, pero como Mr.
Peña, ninguno. Ese sabía enseñar".
Cabe recordar que cuando trabajó
en el Sector Playita para el año 1938 fue muy querido en esa comunidad. Celebró
allí la primera graduación de octavo grado y fue dedicada a él por iniciativa
de los estudiantes. Entre ellos había una niña, llamada Francisca Suárez, quién
tomó una fotografía de él para dejarla en la escuela como recuerdo. Como no fue
posible dejarla, ya que no era permitido, decidió entonces, junto a sus
compañeros y sus padres, ir a la casa de él personalmente, para hacerle entrega
de su fotografía y que la guardara como recuerdo. Todavía esa fotografía existe
y su familia la conserva con mucho cuidado, cariño y aprecio, guardando en su
corazón el recuerdo de aquel grupo de estudiantes que supieron valorizarlo, y
por tal motivo viven eternamente agradecido.
En el desempeño de su valor como
maestro, le gustaba presentarse en el salón de clases, bien vestido, con traje,
camisa de manga larga, corbata y zapatos bien brillados.
De igual forma mantenía su salón
limpio, ordenado y atractivo. Entre las flores que sus estudiantes le llevaban,
aparecían siempre las rosas, pues era su flor preferida. Se alegraba mucho y
las colgaba en los floreros que acostumbraba tener.
Estimulaba a los niños a cuidar
su escuela, manteniéndola limpia dentro y fuera de sus alrededores. También los
guiaba para que mantuvieran los libros y libretas bien forrados y los pupitres
sin nada escrito. Así desarrollaba en ellos el sentido de pertenencia cuidando
la propiedad ajena, Enfatizaba el respeto, reglas de urbanidad y cortesía con
las visitas que llegaban a la escuela.
Daba mucha atención a los
valores a través de sus clases, tales como: el respeto a los demás,
puntualidad, cuidado de la propiedad ajena, honradez, amor al prójimo y
servicio a los demás, entre otros.
En la preparación de los planes
diarios dedicaba tiempo en el hogar de tal manera que pudiera ofrecer lo mejor a
sus estudiantes. Se levantaba bien temprano y llegaba a la escuela a las 7:00
a.m. para poder tener el trabajo escrito en las pizarras cubiertas con unas
cortinas. Cuando llegaban los niños, estaba ya listo para empezar, sin perder
tiempo para la enseñanza.
Casi siempre tenía que trabajar
a la vez, con dos grados, séptimo y octavo. Mientras tenía un grupo trabajando
pasivamente, atendía al otro activamente. Lograba el objetivo ya que poseía un
buen control de grupo y dominio de la materia que enseñaba.
También enseñaba a los niños el
amor a la tierra, preparando huertos de vegetales y frutos menores.
Para el ornato y el
embellecimiento de los alrededores sembraba con los niños plantas de flores
para construir jardines.
En aquel tiempo el comedor
escolar era un ranchito de paja, sin piso, con un fogón con tres piedras para
preparar el arroz con sardinas que era lo que se daba de almuerzo. La empleada
era pagada por los mismos padres. El sueldo era $1.50. Los niños llevaban 5
centavos todas las semanas más leña para encender el fuego. Cuando los niños no
podían llevar el dinero, no había almuerzo y ellos se quedaban sin almorzar.
Este maestro de quien hablamos
se daba a la tarea de mandar a su hogar que le prepararan el arroz con sardinas
y así los niños no perdían clases. Aparte de su trabajo escolar también
realizaba su labor en la comunidad. La gente lo solicitaba para que le
ofreciera recomendaciones para conseguir trabajo, les traducía algún documento
en inglés que ellos no entendían.
Cedía su casa para dar
orientación a la gente a través del Programa de Educación de la Comunidad del
Departamento de Instrucción Pública, para la celebración de la Santa Misa,
misiones, bodas, bautismos, catequésis a los niños y
adultos, celebración de las fiestas de los graduandos y otras actividades de
carácter social y cultural. Reunía los vecinos y les leía en la prensa las
noticias del día. Ofreció hospedaje a maestros que venían de lejos. Los que
eran nuevos los orientaba y le aclaraba dudas ya que él tenía más experiencia.
Ofreció hospedaje al párroco para dar misiones, y a otros religiosos que
ofrecían servicio a la comunidad.
Fue miembro de la Asociación de
Maestros de Puerto Rico y de la Cooperativa de Maestros. Perteneció al grupo
fundador de la Cooperativa de Crédito y Ahorro de Yabucoa. Trabajó como jurado
en la corte. Fue miembro y presidente de la Congregación del Santo Nombre y del
Sagrado Corazón, del movimiento de Cursillo de Cristiandad y propulsor de las
visitas de la Virgen en la Comunidad.
Durante la segunda guerra
mundial, en los momentos en que dadas las circunstancias había escasez de
alimentos en Puerto Rico, muchas personas del pueblo y otras comunidades
visitaban su casa para que él les supliera de algunos alimentos de su finca.
Entró a formar parte de la Congregación Misionera de San Juan Evangelista,
mejor conocida como los Hermanos Cheos.
Desde esa posición llevó la palabra de Dios a
personas que con frecuencia recuerdan y dan testimonio de sus predicaciones.
A sus hijos y a otras personas
que fueron maestros después, los orientaba para que pudieran realizar bien su
trabajo y siguieran su ejemplo. Dada las circunstancias de pobreza en la
comunidad para ese tiempo y debido a que él tenía un sueldo fijo, aunque bajo,
mantenía su familia y ayudaba al vecindario.
Trabajó como maestro por treinta
y ocho años y medio, y hoy por hoy un gran número de personas mayores, padres,
madres de familia y abuelos de esta comunidad de Calabazas, fueron sus
discípulos y que con mucha frecuencia, respeto y cariño, le recuerdan.
Don Doroteo Peña Mora murió el 3
de julio de 1973, dejando una estela de luz que ilumina el sendero de los que
dejó atrás: su familia y su comunidad.
DECRETASE
POR LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE PUERTO RICO:
Artículo
1.- Ordenar a
la Comisión Denominadora de Estructuras y Vías Públicas de¡
Instituto de Cultura Puertorriqueña denomine la Escuela del Barrio Calabazas
Arriba de Yabucoa con el nombre del distinguido Profesor Yabucoeño
"Doroteo Peña Mora" en reconocimiento a sus valiosos esfuerzos para
mejorar la calidad de vida de la comunidad con su aportación como persona,
maestro y líder comunitario.
Artículo
2.- La Comisión
Denominadora de Estructuras y Vías Públicas tomará las medidas necesarias para
dar cumplimiento a las disposiciones de esta Ley.
Artículo 3. - Esta Ley comenzará a regir inmediatamente
después de su aprobación.
Presidente del Senado
Presidente de la Cámara
Nota Importante: Esta
ley es copia de la ley original cuando fue aprobada, no incluye enmiendas
posteriores.
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ADVERTENCIA
Este documento constituye un documento de las leyes del Estado Libre
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correcciones del proceso de compilación y publicación oficial de las leyes de
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