Revista Jurídica de LexJuris
Año 2004
CONDICIONES DE DEMOCRATIZACIÓN Y POLIARQUÍA:
The Only Game in Town.
Abstract
(Resumen):
Se entiende por democracia o poliarquía
consolidadas aquel desarrollo político en el cual los actores más relevantes,
en ésta arena de la política, ejecutan comportamientos, actitudes y resuelven
conflictos teniendo una interiorización social, política y psicológica de que
la democracia es, the only game in town, el
único medio legal-institucionalizado para pretender aspiraciones políticas (comportamientos),
cambios bruscos y radicales en el actuar y regulación política (actitudes) y resolver sus conflictos mediante la normatividad
institucional, todo lo anterior siendo una realidad muy poco alejada o muy poco
distanciada de las reglas formalmente institucionalizadas.
Por Edgar
Eduardo Manrique Muñoz, estudiante
de noveno de Derecho de la Universidad Colegio
Mayor de Cundinamarca.- 2002.-
Democracia
y su Historia.
A
lo largo de la historia se ha estudiado y puesto en práctica diversas opiniones,
tanto para unificar el poder[i]
como para limitarlo. Existe toda una teoría de las formas de gobierno, la cual
tiene varios usos que más adelante se explicarán, entre ellas las democracia,
aristocracia y monarquía como instituciones acordes, según quien las defienda,
con el buen y mejor funcionamiento político de un Estado[ii];
con ellas existen otras tantas formas de gobierno que según los autores son
malas o buenas, y que no es del caso aquí nombrarlas.
Es
así como preguntamos ¿qué es democracia? Podemos responder con sentido
literal que Kratos es poder y Demos pueblo. Resolvemos
la pregunta de manera etimológica diciendo que el poder del pueblo es
democracia. Seguramente surgirán otras preguntas para determinar las
concepciones de la definición, y aquí se retoma a Sartori:
1)
“Pueblo como literalmente todos;
2)
pueblo como pluralidad aproximada: un mayor número,
los más;
3)
pueblo como populacho, clases inferiores,
proletariado;
4)
pueblo como totalidad orgánica e indivisible;
5)
pueblo como principio de mayoría absoluta;
6)
pueblo como principio de mayoría proporcionada”[iii]
Por lo
anterior, la democracia debe ser identificada según la época histórica, y por
ello se plantea la distinción entre la democracia de los antiguos y la
democracia de los modernos. Que en si misma, los dos términos son orientados
hacia una espacialidad bien definida, de lo que se podría deducir, y
recurriendo, en el primer caso a Aristóteles en “La Política”, la
democracia de los antiguos fue desarrollada dentro del concepto de Polis.
Concepto que se sitúa, tal como lo menciona Sartori[iv],
en relación con la Ciudad – Comunidad, mas no Ciudad – Estado. Es decir, la
democracia de los antiguos fue aquella de la participación directa de los
ciudadanos, no en el Estado por que ésta (Ciudad - Comunidad) era una Ciudad
sin Estado, en la Asamblea[v].
Ya se
definió literalmente qué significa Democracia, definición ésta que sirve
para intuir que quienes ejercían el poder en la Ciudad – Comunidad eran
aquellos que poseían la virtud de la política, y la desarrollaban no en forma vertical
sino horizontal. Es decir,
el poder no proviene de abajo hacia arriba, ni de arriba hacia abajo, por el
contrario la comunidad de los ciudadanos implica que las decisiones se toman en
Asamblea y todos adoptan la misma, entendiéndose “todos” como la comunidad
de los polites o de los ciudadanos. Que deliberan en la Asamblea.
Ahora bien,
la democracia de los modernos se ve definida en términos espaciales por el
Estado. Concepto que en Europa, y en los intelectuales de la Revolución
Francesa, implicó controversias
intestinales para definir cuáles eras las condiciones en que una democracia
podría desarrollarse. El Estado se entiende como una de aquellas condiciones,
abrebocas de la polémica, pues ¿cuál debía ser el tamaño del Estado para
que se consolidara un gobierno democrático? Pregunta que en los debates académicos
surgía con gran preocupación. En Francia, Rousseau edificó, dentro de su teoría,
que un gobierno democrático requería como condición un Estado pequeño, en el
cual sea fácil para el pueblo reunirse.[vi]
Posición
que en América (Estados Unidos), fue solucionada de manera práctica, pues con
gran extensión territorial se llevó a cabo: un entendimiento de la
democracia de los antiguos y la definición práctica un Estado Republicano con
un gobierno democrático.
Antes de
entrar en éstos dos ítems, es menester ofrecer una explicación, un tanto
sucinta pero satisfactoria, de lo que implica la extensión y la intención,
dentro del debate de la libertad democrática para considerar como condición un
Estado, ya sea pequeño o grande, para procurar un gobierno democrático.
El Estado
se constituye a partir de un Régimen Republicano para abarcar un mayor número
de ciudades y un territorio mas amplio, es decir, la extensión es la
característica principal de éste régimen. En donde las facciones, alas, o
podría decirse las diversas posiciones políticas se multiplican, por razón de
la extensión territorial. El debate fue planteado, con la democracia
francesa, como que a mayor extensión territorial la intención del
poder político sobre el territorio era inversamente proporcional. Lo que implicó
para la tradición francesa considerar que el Régimen Democrático debía ser mínimo
en extensión territorial, es decir, construir un Estado pequeño, lo que
generaba inversamente una intención del poder político mas amplia y
consistente sobre las pocas ciudades bajo su potestad.
Es hora
cavilar acerca de los dos ítems que se dejaron planteados arriba, y que una vez
definido los conceptos de extensión e intención, es pertinente entrar a
observarlos. La tradición democrática Angloamericana conceptuó sobre un
entendimiento de la democracia de los antiguos y la definición práctica un
Estado Republicano con un gobierno democrático[vii].
Ello surgió entendiendo a la democracia como depositaria de la participación
política a través de la Representación. Es oportuno retomar a Bobbio quien
explica de alguna manera el contraste entre la democracia de los antiguos y la
democracia de los modernos, pero entendiendo ésta última como derivativa de la
democracia Angloamericana. Lo
que sugiere,
junto con
el término
de democracia Representativa,
que “...la democracia de los
antiguos que al estar basada en el gobierno de la asamblea no reconoce algún
ente intermedio entre el individuo y el Estado, ....., la democracia moderna es
pluralista, vive sobre la existencia, multiplicidad y vivacidad de las
sociedades intermedias.”[viii]
Como se ha
visto la democracia ha sobrepasado unos límites históricos, que llevaron a
considerar el poder como un ordenamiento horizontal de las decisiones emanadas
de los ciudadanos hacia la ciudad. En la democracia de los antiguos es
perceptible el funcionamiento del poder de manera horizontal y luego vertical.
Se contempla el poder horizontal, de los antiguos, procedente de la discusión
en la Asamblea por parte de quienes son virtuosos y sabios de ejercer el poder.
Y una vez concretado éste poder horizontal en decisiones, el horizontalismo se
pierde para fomentar una situación altimétrica[ix]
donde la Asamblea ejerce el poder sobre el resto de personas que habitan la
Ciudad – Comunidad, es decir, el poder el vertical sobre los idiot, idion,
mujeres, niños, esclavos, etc.... Pero quién es la Asamblea? O mejor quién
forma parte de la Asamblea? Y aquí la respuesta es simple: los ciudadanos o los
Polites. El pueblo debe entenderse, en este aspecto, como el conjunto de Polites
reunidos en la Asamblea. Es
decir, el titular del poder es el pueblo.
Se podría
pensar que la democracia moderna a
cambiado con respecto a la antigua, pero lo cierto es que aún emerge la
aproximación mas cardinal. El pueblo sigue siendo el titular del poder político[x];
en la Revolución Francesa el pueblo fue absorbido, y espero disquisiciones al
respecto, por el concepto de Soberanía Popular. (véase “El Contrato
Social” – Rousseau.)
Lo
anterior induce a ponderar que el cambio, entre democracia antigua y moderna,
se encuentra dado en la forma de ejercer el derecho[xi]
de poder político. El pueblo[xii]
es el titular del poder político, no faltaría quien dogmatizara ésta frase
como una ley natural de la ciencia política, y ese poder se practica de forma
amplia (democracia de los antiguos), o de forma restringida (democracia de los
modernos).
De este
modo se enfoca el ensayo hacia los modernos y su democracia, con lo cual se
determina que ésta siempre ha estado en formación.
Con
la unificación de los grandes Estados y el vencimiento de las fuerzas feudales
se constituyó un Estado absoluto el cual, por sus luchas internas se transformó
en una monarquía constitucional con un claro sistema de representación
parlamentaria, por lo menos en Inglaterra[xiii].
Este sistema de representación
parlamentaria se constituyo en la democracia liberal que poco a poco (mas de 100
años) amplió los derechos políticos hasta llegar a la constitución formal
del sufragio universal[xiv].
Con ello trató de consolidarse una democracia Representativa, ello en razón a
que no
es factible que todos los ciudadanos de un Estado-Nación[xv]
deliberen en el Ágora, Congreso o Parlamento.
Para
concluir esta introducción es necesario explicar los usos de la teoría de las
formas de gobierno, para entrar en el tema.
En esta teoría, sus distintos usos son necesarios y a veces se mezclan
lo que explica la diferencia entre el uso descriptivo y el uso prescriptivo de
las formas de gobierno: el primero
hace referencia a la realidad fáctica, es decir, a circunstancia de modo,
tiempo y lugar y a sus reglas formales e informales para definir la democracia
existente; el segundo, prescriptivo, señala los calificativos para defender o
atacar una u otra forma de gobierno; es
decir, con este uso se determinan las
razones de beneficio o de caos para, unificar o limitar el poder. Con este uso
dice Sartori, en su obra ya citada, que el planteamiento deontológico está
impreso en el uso prescriptivo, con lo cual nos fija un lineamiento para
teorizar acerca de la mejor forma de democracia aunque ésta no se observe en la
realidad, pero que sirve para fijar metas prósperas[xvi].
Democracia: siglo XIX y XX.
Con
lo anterior ya se puede identificar con características propias a la democracia
moderna; es decir, consolidada como una forma de gobierno que no se aleja de su
significado etimológico; la democracia moderna es el poder del pueblo, ejercido
y puesto en manos de personas virtuosas o sabias, que previamente han sido
elegidas, por los ciudadanos, mediante el sistema del sufragio universal[xvii].
Claro
que la anterior definición sugiere debates, por lo que es pertinente evidenciar
cuáles fueron algunos de ellos.
Afirma
Sartori, en su obra “¿Qué es Democracia?, que en el periodo de 1789 a 1793
se entablaron tres revoluciones, la liberal, democrática y la socialista, cada
una de ellas se infería como la antítesis de la anterior pero, y suena paradójico,
el complemento a la anterior revolución.
El
liberalismo se puede ubicar como antecesor de la democracia de los modernos. El
liberalismo busca la libertad política, y considero que un reduccionismo en términos
constitucionales sería equívoco para el objetivo que se busca. El liberalismo
se encuentra involucrado con la naciente forma de mercantilización occidental,
y con el naciente e incipiente capitalismo inglés. Lo que haciendo otro análisis
del asunto, llevaría a pensar en la religión[xviii]
como uno de los promotores del mismo.
Ahora
bien, cómo se entiende el concepto de liberalismo mezclado con el concepto de
Democracia? Si comprendemos que el liberalismo busca la libertad, y en éste
caso libertad política y también económica[xix],
ello nos impele a concebir el liberalismo conservador y el liberalismo democrático[xx].
Pero éstos conceptos se deben entender diferenciables y sus coaliciones o
enfrentamientos con la democracia emergen en puntos históricos –
conyunturales bien diferenciados.
Es así
como dentro de la teoría democrática converge los autodenominados demócratas
liberales y los demócratas radicales.
Los
cuatro conceptos, vistos hasta el momento: Liberales conservadores, liberales
demócratas, demócratas liberales y demócratas radicales, se deben leer desde
la perspectiva que considera las tres revoluciones seguidas como antítesis una
delante de la otra. “El liberalismo y la democracia, junto con el socialismo[xxi]
y el comunismo son las etiquetas de la lucha política en el siglo XIX y XX.”[xxii]
Los cuales tienen su antecesor en la lucha política motivada en Inglaterra,
cual tuvo la finalidad de conseguir libertad a través del principio democrático,
lo que se avizora con la firma , en 1649, del Pacto del pueblo ingles libre
que dice:
...la
suprema autoridad de Inglaterra y de los territorios incorporados a ella será y
residirá de ahora en adelante en una representación del pueblo compuesta por
400 personas, no más, en cuya elección – de acuerdo con la ley de naturaleza
– todos los hombres de 21 años en adelante... tendrán derecho a votar y serán
elegibles a tal cargo supremo.[xxiii]
En
este orden de ideas, se advierte tres mixturas entre el orden del liberalismo y
democracia, a saber:
En
el primero se ellos se argumenta que el liberalismo y la democracia son
compatibles, es decir, puede existir un Estado liberal conservador, un Estado
Democrático no liberal, y puede, también existir un Estado Liberal Democrático.
En donde, este último, no limita la libertad.
La
segunda postura prefija que el liberalismo y la democracia son incompatibles
entre si. Los liberales conservadores consideran que la democracia terminaría
por destruir el Estado liberal, y los demócratas radicales afirman que la
democracia solo sería viable en un Estado social, que se aleje del Estado mínimo.
Las
tercera tesis objeta las anteriores y supone que el liberalismo y la democracia
son necesarias, en la medida, en que la democracia puede realizar los fines del
Estado Liberal, y aquella solo se puede implementar en un Estado Liberal.[xxiv]
En
las últimas dos décadas del siglo XIX, y las primeras dos décadas del siglo
XX, el realismo fue la posición política, que para muchos fue la mas
antidemocrática, que basados en la Realpolitik configuraron
un nuevo concepto de libertad, una nueva finalidad de la misma, y lo que podría
denominarse como un nuevo concepto de sistema político[xxv].
Negando de ésta forma que la realidad existente fuera un sistema político
democrático.
La
teoría realista ha considerado, como verdad de Perogrullo, la autonomía de la
clase política[xxvi]
respecto de el conjunto de la sociedad. Al respecto puede verse Sartori (¿Qué
es la Democracia?), quien hace una síntesis acerca de los representantes mas
significativos del realismo político.
Croce,
dentro de su pensamiento liberal, considera que la política no es lo que los
sistemas ideales insistían. Es decir, ni la liberal democracia, ni el
socialismo escapaban a lo que realmente era la política. Fuerza. En este punto,
el realismo se une con el utilitarismo, y es así como Croce entendió a la política
como utilidad y fuerza. La política era una realidad efectiva que se alejaba
por completo de los sistemas ideales construidos por aquel entonces. Para Croce
la Libertad, concebida dentro del liberalismo, agota el mismo liberalismo y
rechaza, de plano, la libertad liberal y al constitucionalismo.
Pareto
creó su teoría basada en que las élites circulaban en el poder, ello se
determinaba bajo el concepto de capacidad de cada élite. O se puede encontrar,
que con cada revolución lo único que cambiaban eran las élites, pero el poder
seguía siendo igual, es decir, poder vertical. Para éste autor la democracia
se circunscribía a un cambio de élites en razón a la capacidad para gobernar
o no.
Para
Mosca el sistema político no se identificaba con la democracia, sino que siendo
el poder altimétrico, es
decir, encontrándose organizado desde arriba y con una clara jerarquía, enfocó
su discurso a establecer la estratoarquía política. La representación de ésta
se encuentra de forma piramidal y se denomina oligarquía.
En
Michels el estudio político de la democracia fue dirigido un tanto hacia lo
micro. Lo macro puede considerarse como el sistema político de una nación o de
un Estado, mientras que lo micro se halla en las organizaciones. Michels estudio
las organizaciones alemanas y mas específicamente los partidos socialdemócratas
de su tiempo, es decir, partidos de masas. Las conclusiones a las que llegó se
sustentan en que a mayor organización existe una mayor no democracia, la
organización es antónimo de democracia. Para él la democracia conduce a la
oligarquía.
Posteriormente,
a éstas tesis realista, siguió la teoría competitiva de la democracia,
formulada, principalmente, por Joseph A. Schumpeter, en su obra “Capitalismo,
Socialismo y Democracia.” Donde se definía la democracia como “aquel
sistema institucional para llegar a las decisiones políticas, en el que los
individuos adquieren el poder de decidir a través de una lucha competitiva por
el voto del pueblo.[xxvii]”
Por
lo dicho anteriormente, seguiremos el uso prescriptivo de las formas de gobierno,
sin olvidar el uso descriptivo ya que las dos concepciones se requieren recíprocamente.
De este modo se plantean conceptos sobre las condiciones de la democracia
y se explican posteriormente, las condiciones políticas, sociales, económicas
y culturales para llegar a una democracia consolidada, ¡claro teóricamente!
Por lo visto, la democracia no es un concepto estático,
sino un concepto que se mueve constantemente, es dinámico y activo,
representa lo que etimológica y literalmente se entiende por él, pero
identifica plenamente las condiciones coyunturales-históricas sobre las que actúa.
Es por este motivo que existen tantas definiciones de democracia y tantas
constituciones como épocas vividas.
Escuela de Frankfurt en la
Democracia.
Para
dar un ejemplo, y retomando lo que entiende Habermas por democracia, ésta se
desarrolla en el parlamento, y los sujetos que la detentan no son las personas
individualmente consideradas, sino las personas jurídicas que actúan en
representación de los intereses, esto es, los partidos políticos. Ellos
manejan una democracia directa en los recintos de debate político-jurídicos[xxviii];
nótese, que según el autor, esta democracia no es ejercida por los ciudadanos
por el acto de votar, ya que ellos, los ciudadanos, no toman las decisiones políticas.
Es decir, se llegaría al postulado hegeliano de poseer el voto pero no decidir en política.
Los
partidos políticos, para la sociedad y el tiempo al cual escribe Habermas,
“son instrumentos de formación de la voluntad política, pero no en manos del
pueblo, sino de aquellos que dominan el aparato del partido.”[xxix]
Los
partidos son Órganos jurídicamente de derecho privado, pero ejercitan
funciones estatales. Funciones que se determinan por la intermediación entre el
Estado y la Sociedad, y en cuya potestad se encuentra la de decidir en el
parlamento situaciones que en otras partes ya han sido resueltas. Es decir, los
individuos activamente políticos pertenecientes a un partido resuelven de ante
mano las decisiones que el partido va a llevar al Parlamento.
Claro
que el sistema político no se detiene allí, en la medida en que exista
participación la política involucrará las posiciones y presiones de otros
grupos relevantes. En éste aspecto se avizora que la participación política
de los individuos entendidos independientemente uno del otro, y diríamos,
aislados no llega a ser apreciable políticamente.
En este punto, es importante determinar que la democracia no es un concepto nuevo, por el contrario los antiguos trataron de llevar a cabo una forma de gobierno para unir a la comunidad, pero que al fin de cuentas no resultó ser ni pacífica, ni democráticamente viable. Ello suscitó duras críticas por mas de cinco siglos después de derrotada ésta forma de gobierno en los antiguos. Las pequeñas ciudades medievales trataron, sin éxito, de llevar el poder a manos de los habitantes de las ciudades que corrió la misma suerte de la democracia antigua. Con el nacimiento del liberalismo emergió el principio democrático, que poco a poco se consolidó en la sociedad capitalista, claro con duras críticas desde la izquierda, y que construyó nuevas formas de ver aplicada la democracia que, para lo cual, tuvo como instrumentos los partidos políticos y los grupos de presión. Ello aún es un tema vigente, y en la situación actual, es decir, con la caída (del bloque Socialista)[xxx] y prácticamente la deslegitimación del marxismo entendido por vía leninista – estalinista, se hace pulular otra corriente que exige democracia en todos los países. Democracia entendida como legitimación del régimen, y como seguridad política y jurídica.
Democratización y Poliarquía.
Es
pertinente ahora recordar cual es la intención de éste ensayo, el cual se
tituló Condiciones de Democratización y Poliarquía: THE ONLY GAME IN TOWN . Lo
percibido indica que en el título y el subtítulo se esgrime la posibilidad de
indagar acerca de cuáles son las condiciones que requiere una democracia, sea
vieja o nueva, para considerar que existe una institucionalización formal
de la misma, y que adicional a ello los escenarios democráticos institucionalizados
informales permitirán que se conciba la expectativa de mantener en un
futuro indefinido lo característico del sistema político democrático[xxxi].
Las
característica de un sistema político democrático aún no se han definido, y
por lo pronto solo se puede afirmar que: el primer requisito para un SPD[xxxii]
es que se encuentre institucionalizado formalmente, es decir, que su
constitución establezca elecciones para la toma del poder.
Es
claro que una situación es tener un SPD institucionalizado formalmente,
y otra es observar que el SPD, si bien se encuentra institucionalizado
formalmente, el desarrollo de actividades políticas para la toma del poder,
real y efectivo, se engendran en razón a actuaciones institucionalizadas
informalmente, un ejemplo de ello es lo que Guillermo O´Donnell denomina
“particularismo”, que en todo caso se entiende como “Clientelismo.”
Para
el tema tratado será viciada una definición que sólo plantee la
institucionalización democrática y la competencia de los votos para adquirir
el poder, esto por no considerar los atributos de una democracia actual, ni sus
procedimientos formales. Estos
atributos se explicarán más adelante.
Por
tal motivo, se acoge la definición de democracia o de régimen democrático de
Juan J. Linz[xxxiii]
del siguiente tenor:
cuando
permite la libre formulación de preferencias políticas a través del ejercicio
de las libertades básicas de asociación, información y comunicación, con el
propósito de asegurar la libre competencia entre líderes que, en intervalos
regulares y por medios no violentos, ponen en juego su pretensión de gobernar...
sin que ningún cargo político efectivo quede excluido de dichas competencias y
sin prohibir a ningún miembro de esa comunidad política expresar su
preferencia[xxxiv].
Más
adelante se nombrarán las condiciones para que exista la democracia; sin
embargo, ellas sobrepasan el concepto de Linz. Es por los demás, que se
considera la poliarquía, en términos muy simples, una democracia política.
Antes
de entrar en el tema de las condiciones de democratización podría ser
congruente escudriñar acerca de el momento situacional y comportamental, en el
cual, se ha de comprender la democracia como consolidada.
Desde este punto de vista, se entiende por democracia
o poliarquía consolidadas aquel desarrollo político en el cual los actores más
relevantes, en ésta arena de la política, ejecutan comportamientos, actitudes
y resuelven conflictos teniendo una interiorización social, política y psicológica
de que la democracia es, the only game in
town, el único medio legal-institucionalizado para pretender aspiraciones
políticas (comportamientos), cambios
bruscos y radicales en el actuar y regulación política (actitudes)
y resolver sus conflictos mediante la normatividad institucional, todo lo
anterior siendo una realidad muy poco alejada o muy poco distanciada de las
reglas formalmente institucionalizadas.
Lo
anterior es coadyuvante en la medida de proporcionar el sendero para llegar a
identificar las condiciones de democratización, que en todo caso deben operar
con la finalidad de que la democracia, como procedimiento de toma del poder político,
sea interiorizada, por los individuos relevantes y los grupos de poder, como THE ONLY GAME IN TOWN, es
decir, el único juego en la ciudad.
Antes
plantear las condiciones para la consolidación de la poliarquía es necesario
establecer la condiciones para la simple poliarquía. Por eso la poliarquía
requiere los atributos siguientes:
1.
Autoridades públicas electas
2.
Elecciones libres y limpias
3.
Sufragio universal
4.
Derecho a competir por los cargos públicos
5.
Libertad de expresión
6.
Información alternativa
7.
Libertad de asociación[xxxv]
Muchas
veces esto se encuentra institucionalizado formalmente, pero la realidad se
halla alejada de los simples atributos de la poliarquía en algunos países.
Estos
atributos no pueden ir solos, sino que al mismo tiempo la poliarquía requiere
de un Estado que pueda producir una
legislación democrática que permita gobernar
democráticamente, porque si los gobernantes suprimen los atributos de la
poliarquía están retrocediendo a un autoritarismo. En éste aspecto es posible
establecer, a través de un ensayo de Habermas, qué se entiende por legislación
democrática[xxxvi].
Para lo cual se ha de calificar que: el concepto de legalidad debe estar íntimamente
ligado a la legitimidad. Pero para entender cual es el conducto que lleva de la
legalidad a la legitimidad o viceversa, es menester ubicar que la soberanía
popular emite su voluntad a través de la formación de la opinión pública.
Como se planteó mas arriba, los partidos políticos son instrumentos de formación
de la opinión pública, lo que lleva a considerar a la soberanía popular como
inmiscuida en el entorno de los actores políticos relevantes. En éste caso los
partidos políticos.
La
legislación democrática ha de ser racional, su consolidación no puede hacerse
al arbitrio de quien detente un poder político ilimitado. La legislación, y no
solo la democrática, se construye en los recintos del parlamento. En donde
convergen los partidos políticos, y hacen loby los grupos de presión,
situación ésta que constituye los elementos para la Formación de la
Voluntad Racional, voluntad que en razón a la deliberación política se
debe entender como Legislación Democrática Legítima, es decir, está
justificada por el debate político y el principio mayoritario.
El
Estado debe manejar pocos recursos,
de este modo la política será más libre porque aquél no sería el único en
otorgar status y los intereses económicos
estarían en manos particulares redistribuidas. Debe existir una burguesía
y una economía de mercado ya que con un mercado limitado se daría paso a
la autarquía o autoritarismo lo que limitaría las libertades democráticas.
Con ello no se quiere señalar que el Estado debe dejar de intervenir en
la economía, pues de antaño lo ha hecho. Para reforzar éste punto se trae a
colación una cita de Hermann Heller, donde se establece:
“La
idea del libre juego de las fuerzas abandonadas a sí mismas, de la
contemporización armoniosa de los intereses a través del libre mercado, y de
la formación no violenta de la sociedad mediante el desarrollo autónomo del
mercado, son ideas que en realidad, por afirmarse sobre la organización del
Estado y de la sociedad, representan el grandioso enmascaramiento de una situación
que es precisamente lo opuesto, ideologías justificadoras que tienen la función,
si no la expresa finalidad, de dar una buena conciencia a la sociedad burguesa.
Y en efecto, la sociedad burguesa, tal como es en realidad, no conoce un mercado
libre, no conoce una libre concurrencia, una libre y autónoma responsabilidad y
autodeterminación, no conoce sobre todo una formación de la sociedad sin
intervención del dominio a través del libre juego de fuerzas iguales.[xxxvii]”
Se
requiere una cultura política que
procure la “la aceptación de los ciudadanos y de las elites políticas de
ciertos principios plasmados en la libertad de expresión, de información, de
cultos, en los Derechos de los partidos de oposición, en el imperio de la ley y
los Derecho Humanos...”[xxxviii]
Afirma el mismo autor que se requiere de al menos dos partidos políticos mediadores entre el Estado y la sociedad; además,
deben ser fuertes para resistir críticas y tener una base popular de apoyo que
los mantenga vigentes. Debe existir la probabilidad de que las elecciones se mantendrán en el futuro, ello
con un nivel adecuado de educación,
salud y desarrollo económico expresado en términos del Producto interno bruto.
Ahora, y
siguiendo con las condiciones políticas de una poliarquía consolidada, se
puede afirmar que ellas empiezan con las condiciones para la poliarquía simple[xxxix],
y citamos de O´Donell, lo siguiente:
1.
Alternancia de los rivales en el poder.
2. Apoyo generalizado, continuo y estabilidad durante situaciones de
dificultad económica extremas. 3.
Derrota y castigo efectivo de los grupos rebeldes estratégicamente ubicados.
4. Estabilidad del régimen frente a una radical reestructuración del
sistema de partidos.
5. Ausencia de partidos o movimientos sociales antisistema políticamente
significativos.[xl]
Otras
condiciones políticas se determinan por ser, efectivamente, una democracia
o haberse transformado el Estado democráticamente. Es necesario como
condición invalorable “Una sociedad
civil fuerte, con la capacidad de generar alternativas políticas y de
controlar al gobierno y al Estado, puede contribuir al inicio de las
transiciones, ayudar a resistir los retrocesos, impulsar las transiciones hacia
su culminación y consolidar, profundizar la democracia”[xli]
Del
mismo modo es necesario, como condición especial, una sociedad
política autónoma; es decir, que los líderes políticos que compiten por
el control del aparato de Estado y por los cargos públicos, no tengan un lazo
que los amarre a determinado interés económico que no observe el bien general.
Otras
dos condiciones políticas las podemos resumir en el imperio de la ley o Estado de Derecho, y una burocracia útil, dentro de ellas los fines que se consigue son recíprocos
y contribuyen al respeto y dignidad humana:
Con el imperio de la ley se fortalece el Estado y se crean mecanismos,
dentro del marco normativo, tendientes a proteger la constitución y por ende
los Derecho Humanos. Con una burocracia útil las leyes dictadas por el congreso
son atendidas y vistas de forma prudente por el cuerpo burocrático y, al mismo
tiempo, son acatadas y exigidas por el respeto a la constitución y la dignidad
de los ciudadanos.
Por
otro lado, las condiciones para una poliarquía consolidada, no se pueden
limitar a las anteriores condiciones, sino por el contrario:
éstas amplían su margen a cuantos escenarios relevantes se mezclen en
la sociedad. Es por ello que las condiciones sociales son indispensables para la
participación ciudadana, la creencia en la arena de la política, el fomento a
un crítica constructiva desde todos los puntos de vista y una consolidación en
la tolerancia por las ideas y propuestas de los congéneres.
Una
democracia, y sus condiciones para hacerla (o al menos pretender consolidarla),
deben entenderse en el marco de los derecho humanos. De ellos no se toco
absolutamente nada en otros acápites del ensayo, seguramente por que el
discurso de protección efectiva de los derechos humanos, a raíz de la tercera
ola democratizadora, es una parte que legitima, no solo el régimen democrático,
sino el actuar de quien detenta el poder.
Si
en un país son vulnerados los derechos humanos, y el agente activo se encuentra
en los funcionarios del régimen vigente, la conclusión directa inclina a
pensar que: a) no existe una democracia consolidada, b) la política
deliberativa no se encuentra suficientemente legitimada, c) los comportamiento
actitudinales de los actores políticos se orientan a la obtención del poder
por vías fuera de la institucionalización.
Los
tres supuestos pueden ser errores generados por los actores políticos, tanto
los que se encuentran detentando el poder, como aquellos que andan compitiendo
por el mismo. No es de recibo, que en una democracia consolidada, se de margen
para pensar en la toma del poder por accesos no democráticos, ni
institucionalizados formalmente. Para que los actores políticos orienten su
comportamiento hacía las vías democráticas, el Estado debe institucionalizar
procesos jurídico políticos, pero debe evaluar la calidad democrática. Con
ello se busca que la realidad política se note en consonancia con la
institucionalización formal de los mecanismos democráticos.
Los
mecanismos jurídico – políticos no son las únicas condiciones de
democratización, también se visualiza condiciones económicas, no solo para
las empresas (Nacionales o transnacionales), sino para las familias.
La
prosperidad es una condición de
durabilidad, más que todo, de las poliarquías.
Varios estudios han probado
que el ingreso per cápita de un país está en relación con los conflictos políticos
de un organismo soberano y ejecutor de poder; con lo cual se logra determinar
que los ingresos entre 1.000 y 2.000 dólares son vulnerables a las regresiones
autoritarias, mientras que el per cápita de
más de 6.000 dólares es hasta el momento infalible[xlii].
Además
de lo anterior, existe una probabilidad de que la desigualdad de los ingresos al aumentar, en una poliarquía
determinada, tiene un promedio de vida de 22 años, mientras que si disminuye la
desigualdad de ingresos en la sociedad la poliarquía alcanza un promedio de 84
años. Lo anterior es evidente
y se puede asemejar a la prosperidad de una sociedad respecto a su ingreso per cápita,
lo cual en términos de satisfacción de necesidades y de mayor consumo, produce
mejores estadísticas que pueden favorecer la inversión extranjera.
De
igual forma, no se puede dejar de lado las condiciones económicas para una
poliarquía consolidada, las cuales se determinan por la existencia de una economía
de mercado que sea dirigida por el Estado, ello
quiere decir, que la mano invisible de Smith no siempre genera los empleos que
no producen capital pero que son indispensables para su desarrollo.
En este aspecto el Estado debe dirigir la economía con los principios de
la acumulación privada, y una redistribución equitativa que permita libertad
política, satisfacción de necesidades y mejoramiento de la productividad en
los diferentes sectores.
La
politización de la sociedad y la autoorganización de la mismas son temas que
deben incluirse al respecto, sin embargo es menester indagar acerca de ello, por
lo cual no debe ser curioso que la conclusión se deje para otra ocasión, donde
se edifique una mayor compresión sobre el tema.
BIBLIOGRAFÍA
ALBENDEA PABÓN, José. Teoría Constitucional y
Ordenamientos Comparados. Ediciones Jurídicas Bogotá: Jurídicas Gustavo Ibañez.
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BOBBIO, Norberto. Estado,
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Sociales de la Democracia, en La Política, revista de estudios sobre el estado
y la sociedad. Número 2, segundo semestre de 1996.
Barcelona : Paidos.
Autor del Ensayo: Edgar
Eduardo Manrique Muñoz, Colombia, Email: edgareduardomanrique@yahoo.com.ar,
Tel. Colombia – Bogotá, D.C. 2813258.
Estudios Realizados:
Carrera de Derecho, y Quinto semestre de Ciencia Política.
Notas al calce
[i]
La referencia al poder lo entendemos como el ejercicio de dominación política
realizado, y sin ánimo de discusión, por
sujetos, individuos, personas (plurales o singulares), etc...
[ii]
Por el término Estado, y por las características históricas que entrañan
el tema de la democracia, es evidente el conflicto entre la discontinuidad y
la continuidad respecto a las denominaciones de las organizaciones de grupos
de individuos asentados en un territorio en virtud de un poder de mando. Es
decir, las máximas organizaciones políticas, diferentes de la edad moderna
se denominaban polis, civitas,
politeia, regnum, principatus, res pública, etc..., las cuales no
definiremos porque su significado literal es claro; sin embargo, el hecho de
que en la actualidad el término Estado se establezca para dar a entender
una realidad política, nos aclara y señala que éste traspasa los simples
muros de la civitas antigua. Es de
modo sistemático, que recordamos las primeras palabras del Principe de Maquiavelo: “ Todos los Estados, todas las soberanías
que han tenido o tienen imperio sobre los hombres han sido y son o repúblicas
o principados.” Ello nos muestra como el término Estado reemplazó las
denominaciones de las máximas organizaciones políticas creadas por los
individuos bajo condiciones de dominación. Puede verse Bobbio, Norberto.
Estado, Gobierno y Sociedad. Fondo de Cultura Económica. Primera
edición 1985 en italiano, Segunda reimpresión 2000 en español, Santafé
de Bogotá D.C., paginas: 86,89 y 92. Evidentemente, el concepto de Polis,
está relacionado con una ciudad – comunidad, mas no, como generalmente se
ha dicho, con una Ciudad – Estado, ello por cuanto éste término fue
inducido inicialmente por Maquiavelo, es decir, los antiguos deliberaban políticamente,
pero su accionar se encontraba limitado a la Ciudad – Comunidad.
[iii]
SARTORI, Giovanni. ¿ Qué es Democracia ?
Bogotá : Altamir., 1994.
p.14.
[iv]
SARTORI, Giovanni. Ob Cit. Pag.138
[v]
SARTORI, Giovanni. Ob Cit. Pag. 139.
Permitese aclarar que por ejemplo en Atenas
la población pudo ascender a
300 mil personas, de las cuales 30 o 35 mil fueron ciudadanos. Los
ciudadanos eran los Polites, las personas con virtud y las llamadas a
ser activos políticamente. Se puede identificar las características de la
comunidad ateniense, y los requisitos para ser Polite, Idiot,
Mujer, Niño, etc.., en “La Política” de Aristóteles.
[vi]
Puede verse Bobbio, Norberto. Estado, Gobierno y Sociedad. Fondo de Cultura
Económica. Primera edición 1985 en italiano, Segunda reimpresión 2000 en
español, Santafé de Bogotá D.C., paginas: 209, 210
[vii]
Debe comprenderse que la tradición Americana, en cabeza de Hamilton y
Madison, fue la que significó al Régimen Republicano como democracia
representativa o democracia indirecta, mientras, puede revisarse el
“Federalista” (Número 10), que el Régimen Democrático lo significaron
como democracia directa.
[viii]
BOBBIO, Norberto, Ob Cit. Pag. 213. Recuerdese que la democracia de los
antiguos se hizo dentro de la Ciudad – Comunidad y no Ciudad Estado,
situación ésta que Norberto Bobbio no distingue y la usa indistintamente.
[ix]
Puede definirse altimétrica como aquella posición en la cual se
observa y estudia el poder emanado desde arriba hacia abajo.
[x]
BOBBIO, Norberto, Liberalismo y Democracia. Fondo de Cultura Económica.
Primera edición en español 1989. Quinta reimpresión 1999. Santafé de
Bogotá, D.C., Colombia. Pag. 33.
[xi]
Es discutible el concepto de Derecho de poder político, pues en los
antiguos (Grecia) el derecho era aún un concepto que bien podría
balbucearse, pero no es de recibo afirmar que éste concepto no ha sido
permeado por el transcurso de las Civitas, Imperio Romano, Principados
Medievales, y el surgimiento del nuevo régimen jurídico – político
occidental.
[xii]
El pueblo que en griego se entiende como Demos, en latín pasó a
denominarse Populus, fue el heredero de la tradición francesa del
concepto de soberanía popular, pero ésta sucesión testada, establece
Habermas, refiriendo al concepto de soberanía popular, que manifiesta la
contradicción entre la igual participación de topos los ciudadanos en la
formación de la voluntad política y la no organización del pueblo debido
a que no se encuentra dotado de conciencia y voluntad. Asienta Habermas:
“El pueblo ...., considerado
en conjunto no es incapaz de tomar decisiones ni tampoco capaz de acción.”
En Habermas, Jurgen. Facticidad y Validez. Editorial Trotta. Madrid 1998.
Pag 595.
[xiii]
Cuando se crearon las cámaras de los Comunes y de los Lores la representación
de dichas personas ejercían en el parlamento era por medio de un mandato
con representación, en el cual debían responder ante sus electores, que
por esa época eran las personas que poseían determinados bienes.
Posteriormente, y con la evolución de la democracia liberal, se consideró
que aquellas personas interpósitas entre el Estado y el pueblo, no debían
responder a intereses particulares, sino por el contrario su intención debía
ir encaminada hacía el bien común (common wealth) por lo que se suspendió
la responsabilidad de los representantes frente a sus electores.
Es evidente que
el concepto common wealth puede significar República, pero también es
identificable con el de bienestar común.
[xiv]
ALBENDEA Pabón, José. Teoría Constitucional y Ordenamientos Comparados.
Santafé de Bogotá : Jurídicas Gustavo Ibañez. 1997.
p. 82 y ss.
[xv]
Es discutible el término Estado-Nación porque que actualmente es difícil
encontrarlos, siendo más evidentes y numerosos los Estados-Multinacionales;
dejamos claro que ambos conceptos influyen en el término de democracia y su
comprensión.
[xvi]
BOBBIO, Norberto. Op cit.
P. 191, 194. Y Giovanni Sartori op cit.
Pp. 3 -5
[xvii]
Propuesta esa definición, no para la actualidad sino para un pasado no muy
remoto, puede pensarse que son colaterales los términos de pueblo y
ciudadanos, a lo cual creo conveniente establecer que el primero identifica
a la generalidad y a la política, y el segundo a las personas y sus Derecho
civiles y políticos.
[xviii]
Cuando se habla de religión se refiere al a religión Protestante.
[xix]
Digo Libertad económica en razón a que se buscaba que el Estado tuviese
una orbita limitada respecta del individuo, es decir, que el Estado fuese y
actuara lo menos posible.
[xx]
BOBBIO, Norberto. Liberalismo y Democracia. Ob Cit. Pag. 54 a 60.
[xxi]
Entendido éste como la lucha contra el Estado y la propiedad privada, pues
en el evento histórico al que nos referimos el comunismo (entendido como
leninismo - estalinismo) aún ni siquiera se gestaba.
[xxii]
SARTORI, Giovanni. ¿ Qué es Democracia ?
Bogotá : Altamir., 1994.
p.193.
[xxiii]
Vease V. Gabrieli. Puritanesimo e Libertà. Eianaudi, Turín, 1956. Pag. 155
– 156. Citado por Bobbio Norberto. Liberalismo y Democracia. Ob
Cit. Pag. 56.
[xxiv]
Estas mixturas se pueden consultar en Bobbio Norberto. Liberalismo y
Democracia. Ob Cit. Pag. 59.
[xxv]
Por ésta época ya no se habla tanto de forma de gobierno como de sistema
político.
[xxvi]
Es evidente que en la teoría Realista o del Realismo Político son usados
diferentes conceptos para identificar la clase política que domina y ejerce
el poder, como por ejemplo, la minoría organizada, las elites, etc... Puede
verse. Croce, Mosca, Pareto y Michels, fieles representantes de la Realpolitik.
Es válida la acotación en que ha de estimarse la Realpolitik como
parte fundamental de la Teoría Realista de las Relaciones Internacionales.
[xxvii]
SHUMPETER, Joseph. Capitalismo, Socialismo y Democracia.
Tomo 2. Ediciones Orbis. 1983. Barcelona.
Spain. Pp.343
[xxviii]
HABERMAS, Jurgen. Concepto de Participación Política, en “Capital
Monopolista y Sociedad Autoritaria”. Barcelona : Fontanella,
1973. pp.
17- 60
[xxix]
HABERMAS, Jurgen. Ob. Cit. pp.
37.
[xxx]
Lo que podría denominarse el Comunismo Burocrático.
[xxxi]
Puede pensarse que en la sociedad contemporánea es obsoleto referirse a
forma de gobierno democrático, mas por el contrario el término adecuado es
el Sistema Político, Parlamentario o Republicano, Democrático. La “o”
es disyuntiva.
[xxxii]
Sistema Político Democrático.
[xxxiii]
Es una definición procedimental, más no sustantiva.
[xxxiv]
LINZ, Juan. Citado por GUNTHER Richard et tal. Las Ilusiones de O´Donell:
una réplica, en La Política, revista de estudios sobre el estado y la
sociedad. Número 2, segundo semestre de 1996. Barcelona : Paidos.
p.120
[xxxv]
O´DONELL, Guillermo. Otra Institucionalización, en La Política, revista
de estudios sobre el estado y la sociedad. Número 2, segundo semestre de
1996. Barcelona : Paidos.
P. 7
[xxxvi]
HABERMAS, Jurgen. Tres Modelos de Democracia sobre el Concepto de un Política
Deliberativa. En Revista “Debate”. No 39. Valencia. Marzo 1992. Pp. 18 - 21
[xxxvii] HELLER, Hermann.
Stuatclehre. Leida. 1934. Citado por Habermas, Jurgen. Concepto de
Participación Política, en “Capital Monopolista y Sociedad Autoritaria”.
Barcelona : Fontanella, 1973.
pp. 17- 60
[xxxviii] SEYMOUR, Lipset. Repensando
los Requisitos Sociales de la Democracia, en La Política, revista de
estudios sobre el estado y la sociedad. Número 2, segundo semestre de 1996.
Barcelona : Paidos.
P.55
[xxxix]
Por poliarquía simple se considera una democracia con reglas formales
institucionalizadas pero que la realidad informal, como el clientelismo, se
distancia, existiendo brecha entre lo formal e informal, de la concepción y
sendero legal.
[xl]
O´DONELL, Guillermo. Otra Institucionalización, en La Política, revista
de estudios sobre el estado y la sociedad. Número 2, segundo semestre de
1996. Barcelona : Paidos. p.21
[xli]
LINZ, juan y Alfred Stepan.
Hacia la Consolidación Democrática, en La Política, revista de estudios
sobre el estado y la sociedad. Número 2, segundo semestre de 1996.
Barcelona : Paidos.
p.33
[xlii] PRZEWORSKI, Adam et al. Las
Condiciones Económicas e Institucionales de la Durabilidad de las
democracias, en La Política, revista de estudios sobre el estado y la
sociedad. Número 2, segundo semestre de 1996.
Barcelona : Paidos. pp.
89-108.
Cortesía
del: Autor y Publicado en la
Revista Misión Jurídica De La Facultad De Derecho De La UNIVERSIDAD COLEGIO
MAYOR DE CUNDINAMARCA. Vol, 1 Nº 1. Bogota-Colombia. 2003
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