2004 TSPR 151, In re Heidi
Scherrer Caillet-Bois
Mediante
Opinión Per Curiam, el Tribunal Supremo suspendió del ejercicio de la
abogacía a la Lcda. Heidi Scherrer Caillet-Bois por hechos
ocurridos mientras fungió como Juez Superior.
Las
tres querellas ante el TSPR fueron presentadas por la
Oficina de Administración de Tribunales.
En la primera de éstas, la OAT le imputó varias
violaciones a los Cánones de Ética Judicial por haber
mancillado públicamente la reputación de una abogada
litigante al llamarla mentirosa en sala abierta; por
realizar una inspección ocular en ausencia de las partes
en un caso criminal pendiente en su sala; y por abusar de su
autoridad al imponer una multa por desacato a la referida
abogada litigante basándose en comunicaciones privadas con
los fiscales del caso (la Juez quiso conocer el contenido de
ciertas expresiones que realizó la abogada litigante y que
no pudo escuchar por haberlas hecho en voz baja; para tal
fin, llamó a su oficina a los fiscales del caso quiénes le
indicaron lo que habían escuchado).
La
segunda querella estuvo relacionada con unas actuaciones
privadas de la Lcda. Scherrer que, no obstante, tuvieron
serias implicaciones éticas. En
ésta, la OAT le imputó enriquecimiento injusto por
realizar actos de dominio y utilizar los servicios de agua y
luz de un apartamento de playa que simplemente había
opcionado junto a su esposo, sin que el dueño del mismo la
autorizara. Le
fue imputada, además, incurrir en conducta impropia
incompatible con su cargo al promocionar la compra de otros
apartamentos del mismo complejo donde había otorgado un
contrato de promesa de compraventa con un descuento de
$15,000.00. Asimismo,
OAT le imputó varias violaciones éticas por discutir públicamente
los hechos que dieron lugar a esta segunda querella y por
elaborar una versión acomodaticia y falsa de los mismos.
Finalmente,
en la tercera querella, OAT le imputó haber incurrido en
conducta impropia incompatible con su cargo, consistente en
asumir e insistir, sin disponer de elementos y evidencia
suficiente, que cierto abogado era el representante legal de
un imputado en un caso celebrado ante su consideración.
La entonces Juez emitió una orden de desacato contra
el referido abogado, ordenó su arresto y fijó una fianza
al ver que éste no comparecía a representar a su alegado
“cliente”. La
OAT y el Comisionado Especial encontraron que esta actuación
constituyó un ejercicio indebido de poder y autoridad
judicial que innecesariamente condujo al arresto y
procesamiento del referido abogado.
Luego
de analizar conjuntamente las actuaciones de la Lcda.
Scherrer, el TSPR resolvió que las mismas reflejaron “un
patrón de conducta reprobable y ajeno a lo que la ciudadanía
espera de un juez”. Además,
entendió el TSPR que dichas actuaciones tuvieron unas
implicaciones que trascendieron sus responsabilidades como
juez, y se proyectaron en su carácter personal y su vida
profesional como abogada.
Por tanto, si bien estos hechos eran suficientes de
por sí para destituirla de su puesto como juez, al haber
renunciado al mismo mientras el trámite disciplinario
estaba pendiente, el TSPR decidió suspenderla por un período
de 6 meses del ejercicio de la abogacía.
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