Ley Núm. 107 del año 2016

(P. de la C. 2739); 2016, ley 107

 

Para redenominar la Avenida Miramar del Municipio de San Juan con el nombre de Avenida José Ferrer.

LEY NUM. 107 DE 2 DE AGOSTO DE 2016

 

Para redenominar la Avenida Miramar del Municipio de San Juan con el nombre de Avenida José Ferrer  y eximir tal designación de las disposiciones de la Ley Núm. 99 de 22 de junio de 1961, según enmendada, conocida como “Ley de la Comisión Denominadora de Estructuras y Vías Públicas”; y para otros fines relacionados.

 

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Sobresalir y ser grande en una de las variadas vertientes de la expresión artística es, en sus propios méritos, un logro admirable, alcanzado sólo con talento, perseverancia y arduo compromiso. Sin embargo haberse destacado en la actuación frente al celuloide, en las tablas del teatro, y en la televisión y tener como prueba de esto los más altos y estimados galardones del mundo artístico es un logro impresionante que ha sido alcanzado sólo por un selecto puñado de talentosos histriones a través de la historia.

 

En esta honrosa categoría brilla con lustro el nombre de un hijo de esta Patria; el nombre de José Vicente Ferrer de Otero y Cintrón. La destacada trayectoria artística y el impresionante talento que representa la figura de José Ferrer en las páginas artísticas del País, sostienen el merecido reconocimiento que amerita denominar la calle en la que nació con su nombre.

 

José Vicente Ferrer de Otero y Cintrón, fue el gran intérprete de personajes de las obras de  Shakespeare, como  Otelo, y de las obras de Cervantes, como el hombre de La Mancha. Fue además el extraordinario actor del personaje de Rostand, Cyrano de Bergerac (1950), por el cual conquistó el primer Oscar galardonado a un latino. Posteriormente, su interpretación en Moulin Rouge le ganó su segunda nominación de Mejor Actor al Oscar.  Asimismo, el inigualable actor fue el primero en obtener, conjuntamente, un Premio Tony por sus obras en Broadway, un Premio Emmy y un Premio Golden Globe. 

 

“José Ferrer era puertorriqueño por los cuatro costados. Tenía además un profundo sentido de arraigo y de pertenencia por nuestro país”, declaró una vez su gran amigo, y presidente de la Universidad de Puerto Rico, Jaime Benítez.  Ferrer viajaba constantemente entre Nueva York y Puerto Rico. Desde su juventud, le unían afectuosos lazos con el Hon. Luis Muñoz Marín y, juntos, trataron de comenzar a establecer los cimientos para desarrollar una industria cinematográfica en Puerto Rico.

 

José Vicente Ferrer de Otero y Cintrón nació el 8 de enero del 1912, en el Barrio de Miramar, Santurce, Puerto Rico. Sus padres fueron doña María Providencia Cintrón, natural de Yabucoa y el licenciado Rafael Ferrer Otero, destacado poeta y letrado. Ferrer realizó sus primeros estudios en el Colegio San José de Río Piedras. Su familia se esforzó porque tuviese una educación más centrada en las artes, la música y las humanidades, y su inteligencia, talento y dedicación le abrieron paso en su formación académica e histriónica. 

 

En el año 1928, y a la edad de quince (15) años, José Ferrer ya había sido admitido a la prestigiosa Universidad de Princeton, en New Jersey, pero antes de ingresar tomó cursos preparatorios por un año en Suecia. Ya en la Universidad, comenzó The Pied Pipers, su propia pequeña banda de baile y pintura.

 

Fue precisamente en dicha universidad que el insigne actor y políglota, que tanto se distinguió por su elocuencia y perfecta dicción, descubrió su pasión y vocación de actor. Allí figuró en obras de teatro con James Stewart y Joshua Logan. En el año 1933, Ferrer culminó sus estudios en Princeton, escribiendo como proyecto final de grado una tesis acerca del Naturalismo Francés y Pardo Bazán. 

 

En el 1935, José Ferrer debutó en un breve papel de policía en la obra de Broadway A Slight Case of Murder. Posteriormente, su gran versatilidad fue indiscutible al protagonizar en las tablas de Broadway en Charley’s Aunt (1940) y en Otelo, que aún se mantiene como la producción de Shakespeare de más larga duración en la historia de Broadway. En el año 1942, comenzó a dirigir en las tablas. Posteriormente, interpretó y produjo Cyrano de Bergerac en Broadway, obteniendo el Tony como mejor actor en 1947, en la primera entrega del Tony. El actor continuó en ritmo vertiginoso en Broadway y en el 1955 Ferrer conquistó dos premios Tony. En total, Ferrer participó en unas cuarenta (40) obras en Broadway.  A pesar de haber figurado en más de cien (100) películas y episodios televisivos, Ferrer siempre se consideraba un actor de teatro, pasión que nunca abandonó.

 

Su debut en cine no ocurrió hasta el 1946. Luego de varias exitosas actuaciones, colaboró como el villano en Miss Sadie Thompso (1953) con Rita Hayworth y en Deep in My Heart (1954), donde encarnó al compositor Sigmund Romberg, y donde demostró su gran versatilidad como cantante, bailarín y conductor de orquesta. Además, tuvo apariciones en series televisivas entre ellas General Electric Theater (1959) y The United States Steal Hour (1959). En octubre de 1949, José Ferrer recibió el reconocimiento de un Doctorado Honoris Causa presentado en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. 

 

Posteriormente, en los años ochenta y en intervalos dirigía en las tablas, en algunas películas y episodios, entre ellos, The Return of Peyton Place. También hizo decenas de apariciones en series de televisión entre ellas; Matlock, Murder She Wrote, Quince y Kojak.  José Ferrer siempre quiso filmar en Puerto Rico, y lo logró en la película independiente, A Life of Sin (Toña La Negra) junto a Miriam Colón, Henry Darrow y Raúl Juliá, y dirigida por Efraín López Neris.  Su gran talento le valió una Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y, del mismo modo, en el 2012, año del centenario de su nacimiento, el Servicio Postal de los Estados Unidos, honró la figura de José Ferrer con una estampilla postal con su imagen, como parte de la colección de figuras destacadas e ilustres. 

 

El 26 de enero del 1992, José Ferrer partió del escenario de la vida al de la inmortalidad.  Indudablemente, el insigne actor puertorriqueño dejó un extenso legado y una impresionante colección cinematográfica que ha sido fuente de inspiración y entrenamiento para muchos. El astro boricua es también recordado por sus amigos por su gran sentido del humor, sencillez y humanismo, prestando su nombre para obras caritativas y recaudaciones de fondos de diferentes entidades.  Son por las anteriores consideraciones que esta Asamblea Legislativa honra bautizando con su nombre la calle en Miramar que le vio nacer.

 

DECRÉTASE POR LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE PUERTO RICO:

Sección 1.-Se redenomina la Avenida Miramar del Municipio de San Juan con el nombre de Avenida José Ferrer.

 

Sección 2.-El Departamento de Transportación y Obras Públicas y el Municipio de San Juan tomarán las medidas necesarias para dar cumplimiento a las disposiciones de esta Ley, sin sujeción a lo dispuesto en la Ley Núm. 99 de 22 de junio de 1961, según enmendada.

 

Sección 3.-Esta Ley entrará en vigor inmediatamente después de su aprobación.

 

 

Notas Importantes:

1. Esta ley es copia de la ley original cuando fue aprobada, no incluye enmiendas posteriores.

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